Eso es lo que sucede cuando llegas a casa, cansado y con ganas de alimentar tu apenado estómago, y no encuentras en la nevera nada suculento que llevarte a la boca. Ahí, hacen falta un par de huevos para hacerte una estupenda tortilla aderezada con un poco de queso Gorgonzola, aceite de trufa y unos ajetes tiernos. También es cierto que en la vida, siempre, hacen falta un par de huevos, para todo.

Pero, vamos al grano, ¡qué digo! Vamos al huevo.

Hoy le voy hacer honor al alimento que más amor/odio me ha producido en mi vida. El tema del huevo es todo un paradigma: ¿alimento o aborto? – Si señores, no se echen las manos a la cabeza – . El huevo es algo que nunca llegó a ser pero, en el fondo, es algo. “No llegó a pollo y se quedó en (medio) huevo”

A mi edad, he llegado al punto más súblime de conocimiento acerca de huevos… mi tiempo me ha costado: 27 años y más de 5 meses. ¡con dos huevos! Pero, vuelvo a lo de antes, mi relación es de amor/odio, aunque, a día de hoy, es de amor absoluto.

He decidido que voy a contaros mis experiencias gastronómicas con el mundo de los huevos que mejor recuerdo, ya sea por la calidad o por encuentro/desencuentro con los mismos. ¡de verdad que soez suena todo esto!

HUEVOS FRITOS

¡Los mejores los de mi abuela con patatas y pimientos fritos! Pero, los que recuerdo con el mayor amor del mundo fue este invierno, cuando estaba en proyecto “me cuido” y fui a comer al Filandón. ¡Ahí si estás a dieta no tienes problema! Pero ese domingo, decidí saltármelo. Y lo que se me saltaron fueron las lagrimas cuando los huevos fritos, (las angulas) y las patatas entraron en mi boca.

TORTILLA FRANCESA    

Para mí, no hay plato más soso, plano de sabor e insulso que la tortilla francesa. ¡Yo a los huevos batidos les pongo alegría como a la vida! La tortilla más fantástica que me he comido jamás, se remonta a hace varios años, en Sacha. Entre otros ingredientes: criadillas, setas y cebollino… aun puedo recordarla, son de estos sabores que nunca olvidas.

HUEVOS REVUELTOS

Si os digo la verdad, los huevos revueltos no me gustan mucho. Yo soy más de tortillas. Pero, no sé si fue porque era el primero de mi vida. El pasado verano en Santander, en La Bombi, me comí el revuelto (de erizos) más rico de mi vida. Y pongo entre paréntesis los erizos, porque no sé si fueron los erizos, los huevos… o el momento. ¡Una sobresaliente elección!

HUEVOS DUROS

27 años y … meses ha sido el tiempo de mi vida en el que he odiado, repudiado e incriminado los huevos duros. Su aspecto y su aroma nunca me llamaron su atención. Hasta que un día del presente año, los increíbles huevos rellenos de Nájera me partieron mi pensamiento en dos. Mi mente lanzaba dos premisas: ¡Qué delicia, me encantan! ¿Cómo he podido estar tanto tiempo de mi vida sin probarlos? Así que ahora los huevos duros se han convierto en mi nuevo tip gastronómico.

HUEVOS BENEDICT – POCHÉ – ESCALFADOS

Me encontraba en pleno contexto de odio supremo hacia los huevos. ¡Estaba en Londres hasta los huevos de comer mal! Y fue en un restaurante en el mercadillo de Portobello cuando nuestro primer contacto fue: Incredible! Huevos Benedict con salmón. No recuerdo el nombre del sitio, pero la verdad es que no he vuelto a probar otros como ellos… no sé si fue eso de la primera vez, que los siguientes no han sido notables.

TORTILLA DE PATATAS

Hay una cosa que me molesta mucho y es que la gente recomiende tortillas de patatas en bares de manera gratuita. Porque con eso no se juega. Pero, hoy, me la juego… ¡con un lustro de huevos! (que es el número medio que tiene que tener una tortilla)

Últimamente, no paro de leer rankings de las mejores tortillas de Madrid y España, y no estoy muy de acuerdo con los resultados. No es que sea una Máster de la tortilla pero si entendida. Aquí va mi selección:

1. La tortilla del Bar Néstor en San Sebastián. ¡Las manos de Piluca son insuperables! Es la mejor tortilla del mundo.

2. Hablaré del pasado. Me remonto a mis años de universidad, cuando entre clase y clase, nos íbamos al Colegio Mayor Poveda a comer UN PINCHO DE TORTILLA. Esa tortilla era sublime. Tengo curiosidad por saber si siguen haciéndola, ¡tendré que pasarme!

3. La tortilla de El Borbollón. Es un icono del barrio Salamanca por ser la “tortilla de las tortillas” y desde que la probé es mi preferida de Madrid.

4. La de Nájera. La ponen de aperitivo y está buenísima. Una calidad estupenda de patata y huevo de corral.

5. La tortilla de Taberna Marcano. Poco hecha y muy sabrosa.

Para mí, son tortillas de Aprobado la de Juana La Loca o Sylkar, pero no son el Santo Grial del huevo, a pesar de que las vendan como churros. ¡La que me queda por probar es la de Taberna Pedraza!

No quiero cerrar este post, haciendo una recomendación en el consumo de huevos. Para ello, observar la numeración que llevan grabada. El primer dígito hace referencia a la forma de cría:

El 0 es huevo de gallinas ecológicas

El 1 es huevo de gallinas camperas

El 2 es huevo de gallinas criadas en suelo

El 3 es huevo de gallinas criadas en jaulas.

El número importa, ¡así que mi recomendación es 0 y 1! 

¡Poned huevos a la vida ya sea en el coraje en cómo la afrontamos o sobre la sartén!