La pasada semana comía con mi
sobrina en una terraza, era uno de estos días que el otoño nos regala un sol
fantástico y hace que todos los humanos salgamos a la calle a tomar y no nos
refugiemos en los establecimientos. El caso es que yo a los niños les hago todo
tipo de preguntas. Les hago pensar. Desde que les parece la crisis, como ven
que se hagan obras en la calle y hasta que les parece su asignatura de
plástica. Las contestaciones son de lo más dispares y eclécticas. Los niños son
lo más bello que hay en la humanidad. Por cierto, ayer fue el Día Internacional
del niño. Un día que hace honor a los derechos universales de la infancia.
sobrina en una terraza, era uno de estos días que el otoño nos regala un sol
fantástico y hace que todos los humanos salgamos a la calle a tomar y no nos
refugiemos en los establecimientos. El caso es que yo a los niños les hago todo
tipo de preguntas. Les hago pensar. Desde que les parece la crisis, como ven
que se hagan obras en la calle y hasta que les parece su asignatura de
plástica. Las contestaciones son de lo más dispares y eclécticas. Los niños son
lo más bello que hay en la humanidad. Por cierto, ayer fue el Día Internacional
del niño. Un día que hace honor a los derechos universales de la infancia.
Pero dentro de las preguntas que
hago a los niños es a qué juegan hoy en
día y las respuestas me dejan atónita.
hago a los niños es a qué juegan hoy en
día y las respuestas me dejan atónita.
Cuando yo pienso en mi niñez, lo
primero que me viene a la cabeza es compañerismo.
Nos gustaba jugar todos juntos, intercambiar cromos, pegatinas y tazos,
compartir la bolsa de chuches de 100 pesetas del puesto de helados, leer tebeos
y cómics, jugar a juegos de mesa con los que aprendías, saltar a la comba y al
escondite inglés. Las niñas éramos madres de un tropel de muñecos. Cambiarles
de ropa, pasearles en el cochecito y hacer que les dábamos de comer. En mi
época, aun se jugaba en la calle. Los viernes nos quedábamos más tiempo en el
parque del colegio. Y los recreos eran pura imaginación. Sabíamos soñar
despiertos y tener ilusión por los regalos que recibíamos. Nos enseñaron a no
quemar etapas. Los niños de mi generación creíamos en los Reyes Magos, ¡¡Cómo iban
a ser los padres!!. Y usábamos la razón para descubrir cómo el Ratoncito Perez,
podía llevar tu regalo a tu cama. ¡¡Bendita inocencia!!
primero que me viene a la cabeza es compañerismo.
Nos gustaba jugar todos juntos, intercambiar cromos, pegatinas y tazos,
compartir la bolsa de chuches de 100 pesetas del puesto de helados, leer tebeos
y cómics, jugar a juegos de mesa con los que aprendías, saltar a la comba y al
escondite inglés. Las niñas éramos madres de un tropel de muñecos. Cambiarles
de ropa, pasearles en el cochecito y hacer que les dábamos de comer. En mi
época, aun se jugaba en la calle. Los viernes nos quedábamos más tiempo en el
parque del colegio. Y los recreos eran pura imaginación. Sabíamos soñar
despiertos y tener ilusión por los regalos que recibíamos. Nos enseñaron a no
quemar etapas. Los niños de mi generación creíamos en los Reyes Magos, ¡¡Cómo iban
a ser los padres!!. Y usábamos la razón para descubrir cómo el Ratoncito Perez,
podía llevar tu regalo a tu cama. ¡¡Bendita inocencia!!
A medida que nos hacíamos mayores
las modas de juguetes cambiaban. Eso sí, los juguetes estaban más sesgados en
mi época. Las niñas barbies y los niños balones. La Barbie fue la revolución, era el icono. Rubia, metro-ochenta, ojos
de gata y melena rubia por la cintura. Me recordaban a Claudia Schiffer. Además los vestidos eran de lo más provocativos y
sugerentes. Creábamos un universo Barbie en nuestra habitación. A día de hoy
soy coleccionista, ¡mi pasión por las Barbies continúa!
las modas de juguetes cambiaban. Eso sí, los juguetes estaban más sesgados en
mi época. Las niñas barbies y los niños balones. La Barbie fue la revolución, era el icono. Rubia, metro-ochenta, ojos
de gata y melena rubia por la cintura. Me recordaban a Claudia Schiffer. Además los vestidos eran de lo más provocativos y
sugerentes. Creábamos un universo Barbie en nuestra habitación. A día de hoy
soy coleccionista, ¡mi pasión por las Barbies continúa!
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| ¿Muy mayor para coleccionar Barbies? |
Pero, ¿los niños de ahora rozan
el autismo?, ¿se están convirtiendo en máquinas teledirigidas antisociales?, ¿las
próximas generaciones nacerán con un Iphone6 en la mano?
el autismo?, ¿se están convirtiendo en máquinas teledirigidas antisociales?, ¿las
próximas generaciones nacerán con un Iphone6 en la mano?
Me encanta ver la rapidez y
eficacia de los niños con las máquinas, considero que es buenísima para su
desarrollo. Pero, los niños deben de interrelacionarse con otros niños, jugar a
juegos manuales, juegos que les hagan saber trabajar en equipo y que cosechen
su imaginación. El otro día, aluciné cuando vi al hijo pequeño de unos amigos
de mis padres que con 14 años tiene, TV, ordenador con pantallón, tablet, móvil
y un millón de videoconsolas en su habitación. ¡¡Qué miedo!! De ahí, el anuncio
de: “¡UN PALOOO!” Si, antes un palo hacía feliz a un niño, ahora necesitan medio
Media Markt en su habitación y el niño será un infeliz.
eficacia de los niños con las máquinas, considero que es buenísima para su
desarrollo. Pero, los niños deben de interrelacionarse con otros niños, jugar a
juegos manuales, juegos que les hagan saber trabajar en equipo y que cosechen
su imaginación. El otro día, aluciné cuando vi al hijo pequeño de unos amigos
de mis padres que con 14 años tiene, TV, ordenador con pantallón, tablet, móvil
y un millón de videoconsolas en su habitación. ¡¡Qué miedo!! De ahí, el anuncio
de: “¡UN PALOOO!” Si, antes un palo hacía feliz a un niño, ahora necesitan medio
Media Markt en su habitación y el niño será un infeliz.
Por ello, creo que los niños de
ahora son infelices porque necesitan de consumo para saciar sus deseos. Porque
no se conforman con un regalo sino con infinitos regalos. Se están haciendo más
individualistas, competitivos y
virtuales. Antes los niños quedaban en casa, compartían Fanta y gusanitos
para jugar a la Nintendo, o se mataban a correr en el parque. Ahora, se quedan
en su casa, y sólo necesitan de Internet para jugar online con otros niños del
mundo, se hacen niños sedentarios. Es más se crean aplicaciones virtuales para
enseñar a los niños a comer bien, hablar inglés o relacionarse. Y mi pregunta
es: ¿no será mejor enseñarles a vivir una vida real?
ahora son infelices porque necesitan de consumo para saciar sus deseos. Porque
no se conforman con un regalo sino con infinitos regalos. Se están haciendo más
individualistas, competitivos y
virtuales. Antes los niños quedaban en casa, compartían Fanta y gusanitos
para jugar a la Nintendo, o se mataban a correr en el parque. Ahora, se quedan
en su casa, y sólo necesitan de Internet para jugar online con otros niños del
mundo, se hacen niños sedentarios. Es más se crean aplicaciones virtuales para
enseñar a los niños a comer bien, hablar inglés o relacionarse. Y mi pregunta
es: ¿no será mejor enseñarles a vivir una vida real?
Vida real Vs Vida virtual
Esto traerá consecuencias muy
negativas. Si un niño desde pequeño no estrecha sus relaciones interpersonales,
en la adolescencia le será muy difícil hacer amigos, y en su juventud tendrá
que recurrir a una cita virtual para invitar a una chica a un helado. Porque
las relaciones cara a cara serán una
utopía.
negativas. Si un niño desde pequeño no estrecha sus relaciones interpersonales,
en la adolescencia le será muy difícil hacer amigos, y en su juventud tendrá
que recurrir a una cita virtual para invitar a una chica a un helado. Porque
las relaciones cara a cara serán una
utopía.
Y que queréis que os diga. Me
quedo con el pasado. Me quedo con mis recuerdos de jugar en la calle, jugar con
la imaginación sin tener nada en mis manos, jugar chicos y chicas todos juntos,
jugar con mis muñecas, descubrir incógnitas de la vida por nosotros mismos y no
por Google, tener un radiocassette, saber qué valor tenían las cosas, aprender
de los adultos, tener sueños y tener respeto a la vida.
quedo con el pasado. Me quedo con mis recuerdos de jugar en la calle, jugar con
la imaginación sin tener nada en mis manos, jugar chicos y chicas todos juntos,
jugar con mis muñecas, descubrir incógnitas de la vida por nosotros mismos y no
por Google, tener un radiocassette, saber qué valor tenían las cosas, aprender
de los adultos, tener sueños y tener respeto a la vida.
Aprendimos de los que no tuvieron
nada y sacamos ingenio para ser una piña. Las generaciones anteriores pueden
sentirse todavía más identificados con esto.
nada y sacamos ingenio para ser una piña. Las generaciones anteriores pueden
sentirse todavía más identificados con esto.
Hablamos de crisis económica y
política, y nos olvidamos de la crisis social. Una crisis de valores, en la que
los niños no saben jugar, saben matar y destruir en videojuegos, en la que
aprenden a desaprender, en la que los niños juegan a cosas de mayores antes de
tiempo. Y a mayores que estarán cansados de la vida antes de tiempo.
política, y nos olvidamos de la crisis social. Una crisis de valores, en la que
los niños no saben jugar, saben matar y destruir en videojuegos, en la que
aprenden a desaprender, en la que los niños juegan a cosas de mayores antes de
tiempo. Y a mayores que estarán cansados de la vida antes de tiempo.
¡¡Feliz jueves y que
nunca se pierda la inocencia!!
nunca se pierda la inocencia!!

