Siempre me han llamado la atención las parejas que se aburren. Si, esas que salen a cenar, tomar un Daiquiri o tomar el aire en una terraza y tienen cara de perro pachón enfadado. Me produce lástima que no pena, ver esa estampa en la gente. Por lo menos, si estuvieran discutiendo a voces sobre cual es el mejor risotto de Madrid, demostrarían más interés el uno por el otro. Sin embargo, el silencio y la mirada perdida, denota «un estar por estar», bastante peligroso.
Llegué a la básica conclusión de que en la vida hay parejas enamoradas y parejas aburridas. Están Mister Cooper y Lady Gaga en a Star is Born, y luego un sinfín de personas que se unen o siguen unidas por el devenir de la no elección de su existencia.

Leyendo este bonito texto de Julio Cortázar, me entró la calentura y pensé que las parejas que están destinadas a no ser, tal vez sean las que más enamoradas están… o tal vez no. Bueno, el caso es que impulsada por el aburrimiento de la tarde, me puse a buscar fotografías de parejas aburridas. Entre los resultados, un sinfín de onomatopeyas gráficas me dejaron con la sensación de estar todavía perdiendo más el tiempo. Es cierto que buscar en Internet se convierte en una misión difícil.
Cuando de repente, di con una de las series fotográficas más interesantes que había visto. No por la calidad del material, ni por la belleza de lo expuesto, sino por el mensaje tan clarividente que expresaba. El fotógrafo británico Martin Parr, en su colección Bored Couples, fotografió a 20 parejas en un estado de aburrimiento, desidia, y desilusión absoluta. A través de su cámara, ilustró en imágenes una ácida llamada social de cómo el fin de la ilusión y la pérdida de del brillo en los ojos existe.

Esta serie fotográfica data de los años 90 y me resultó muy parecido a lo que vivimos hoy en día. La única diferencia es que, a día de hoy, faltarían los teléfonos móviles como protagonistas de la escena. Son parejas que yacen en la máxima desidia en la hartura de la monotonía sin encontrar una chispa de luz en el momento presente. Todos ellos serían Bucowski, con ganas de beber sin motivo alguno; para olvidar, celebrar o para que pasase algo.

Lo bueno de buscar es que, a veces, puedes encontrar «cosas» que te encanten. Descubrir a este fotógrafo ha sido un gran acierto. Os invito a surfear la Web de su obra fotográfica, cargada de simbolismo, colorido, luz y mucho costumbrismo. Es una captura de la realidad muy informal y, me atrevería decir, que con un toque muy caricaturesco de la sociedad.
Del aburrimiento pueden surgir cosas buenas, ya sea descubrir a Martin Parr o escribir este post.
Ciao, M.

Bored Couples Book
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