La semana pasada, hacía la compra. En la sección de
quesos, sección que confieso es mi pecado – para
algunos es el chocolate, para mí es el queso – me dí cuenta de lo
globalizados que estamos. Hasta tal punto, que el 60% de los quesos que están
en el lineal son extranjeros y peor aún, en mi selección de quesos sólo había
un queso de cabra manchego, lo demás se lo llevaban los europeos. El vendedor,
muy majo por cierto – en el Supermercado de El Corte Inglés da
gusto como tratan al cliente – me sugirió comprar Cabrales
de D.O. que estaba en oferta, yo le dije que ya llevaba Stilton. Entre risas, me dijo: “Hay que comprar más queso español”. Esto
me hizo que pensar. Comemos productos internacionales creyendo que siempre ha
sido así. Y no, es un proceso que ha ido muy de la mano de la globalización. No
tienes que viajar a India para comer curry, ni descubrir el mejor queso feta
viajando a Grecia. Vivimos en un mundo tan sumamente globalizado que tenemos
TODO a la vuelta de la esquina.
quesos, sección que confieso es mi pecado – para
algunos es el chocolate, para mí es el queso – me dí cuenta de lo
globalizados que estamos. Hasta tal punto, que el 60% de los quesos que están
en el lineal son extranjeros y peor aún, en mi selección de quesos sólo había
un queso de cabra manchego, lo demás se lo llevaban los europeos. El vendedor,
muy majo por cierto – en el Supermercado de El Corte Inglés da
gusto como tratan al cliente – me sugirió comprar Cabrales
de D.O. que estaba en oferta, yo le dije que ya llevaba Stilton. Entre risas, me dijo: “Hay que comprar más queso español”. Esto
me hizo que pensar. Comemos productos internacionales creyendo que siempre ha
sido así. Y no, es un proceso que ha ido muy de la mano de la globalización. No
tienes que viajar a India para comer curry, ni descubrir el mejor queso feta
viajando a Grecia. Vivimos en un mundo tan sumamente globalizado que tenemos
TODO a la vuelta de la esquina.
Lo que más me gusta de este proceso de “Gastronomía
globalizada” es la variedad. Variedad en sabores, texturas, colores y matices
que gana. Porque el mundo tiene mucho que enseñarnos y hay que abrir el sentido
del olfato, gusto, vista y tacto a nuevas experiencias gastronómicas. Podemos
decir que todas las culturas culinarias son deliciosas. Las mayores variantes
entre unas y otras viene marcada por la geografía, cultura y demografía.
globalizada” es la variedad. Variedad en sabores, texturas, colores y matices
que gana. Porque el mundo tiene mucho que enseñarnos y hay que abrir el sentido
del olfato, gusto, vista y tacto a nuevas experiencias gastronómicas. Podemos
decir que todas las culturas culinarias son deliciosas. Las mayores variantes
entre unas y otras viene marcada por la geografía, cultura y demografía.
Haciendo un viaje gastronómico por el mundo.
Empezaré por invitaros a lo local. “En
España de la mar el mero y de la tierra, el cordero”. Que sería de España sin el Jamón Ibérico, el bacalao
al pil-pil, el marisco, el aceite de oliva, los pescados de costa, la butifarra
catalana, el cocido madrileño, los callos con garbanzos y el buen vino. Pues
como EE.UU sin las hamburguesas, nadie.
Empezaré por invitaros a lo local. “En
España de la mar el mero y de la tierra, el cordero”. Que sería de España sin el Jamón Ibérico, el bacalao
al pil-pil, el marisco, el aceite de oliva, los pescados de costa, la butifarra
catalana, el cocido madrileño, los callos con garbanzos y el buen vino. Pues
como EE.UU sin las hamburguesas, nadie.
Pero empecemos a sumar de Sudamérica. Alimentos como el maíz, la patata, el mango y el coco
son la base. La cocina más venerada es la peruana,
famosa por el anticucho, las papas a la huancaína, los tiraditos, el arroz
chaufa, el ceviche y el Pisco. El
asado, el chimichurri, la provoleta y el dulce de leche de Argentina. Las arepas y el ajiaco de Colombia. El ceviche propio de todo el Sur de América. La cocina
criolla chilena. La Caipirinha y el
café de Brasil. Pasando a América central. Tacos, enchiladas,
burritos, quesadillas, tamales, nachos y, por supuesto, Guacamole, de México. Los Mojitos de Cuba. El chicharrón guatemalteco. De Norteamérica, el imperio del Fast food, hay numerosos productos
exportados, el Brownie, los pancakes, las palomitas con mantequilla, el jarabe
de arce, el soft-shell crab frito, los Cupcakes, los huevos Benedict y la
Coca-Cola.
son la base. La cocina más venerada es la peruana,
famosa por el anticucho, las papas a la huancaína, los tiraditos, el arroz
chaufa, el ceviche y el Pisco. El
asado, el chimichurri, la provoleta y el dulce de leche de Argentina. Las arepas y el ajiaco de Colombia. El ceviche propio de todo el Sur de América. La cocina
criolla chilena. La Caipirinha y el
café de Brasil. Pasando a América central. Tacos, enchiladas,
burritos, quesadillas, tamales, nachos y, por supuesto, Guacamole, de México. Los Mojitos de Cuba. El chicharrón guatemalteco. De Norteamérica, el imperio del Fast food, hay numerosos productos
exportados, el Brownie, los pancakes, las palomitas con mantequilla, el jarabe
de arce, el soft-shell crab frito, los Cupcakes, los huevos Benedict y la
Coca-Cola.
Cruzando el mundo, en Asia, hay mucha inspiración y contraposición de sabores. Un
continente en el que el arroz es el alimento central, además del pescado, el
marisco y las verduras. Matizando las diferencias, partiremos del Este de Asia. De China, los rollitos primavera, el cerdo agridulce y los Dim Sum. De
mi gastronomía favorita, la japonesa,
somos adeptos a muchos ingredientes: Té, salsa de soja, tofu, las algas wakame,
nori, konbu e hijiki; las setas shiitake, el pollo Teriyaki, las Gyozas,
Yakisoba, la tempura y el sushi. Y de la que, se supone, tiene la denominación
de cocina de Asia es la India: el
pollo Tandoori, las especias, el curry, los lassis y el té Chai. Del Sudeste Asiático, La sopa Pho y los
rollitos vegetales vietnamitas. La explosión
de sabores de Thailandia, el Pad
Thai y el curry (ácido, salado, dulce y picante). De Indonesia, el
satay balinés. Y para terminar, mi plato favorito asiático, el Chilli Crab de Singapur.
continente en el que el arroz es el alimento central, además del pescado, el
marisco y las verduras. Matizando las diferencias, partiremos del Este de Asia. De China, los rollitos primavera, el cerdo agridulce y los Dim Sum. De
mi gastronomía favorita, la japonesa,
somos adeptos a muchos ingredientes: Té, salsa de soja, tofu, las algas wakame,
nori, konbu e hijiki; las setas shiitake, el pollo Teriyaki, las Gyozas,
Yakisoba, la tempura y el sushi. Y de la que, se supone, tiene la denominación
de cocina de Asia es la India: el
pollo Tandoori, las especias, el curry, los lassis y el té Chai. Del Sudeste Asiático, La sopa Pho y los
rollitos vegetales vietnamitas. La explosión
de sabores de Thailandia, el Pad
Thai y el curry (ácido, salado, dulce y picante). De Indonesia, el
satay balinés. Y para terminar, mi plato favorito asiático, el Chilli Crab de Singapur.
En
Europa hay mucha historia y arraigo
de costumbres de todas las partes del mundo, podemos diferenciar entre la cultura
culinaria centroeuropea y la mediterránea. Como anécdota os cuento que el “steak
tartar” llamado filete tártaro tiene sus primeras reminiscencias a Occidente en
el Libro
de Viajes de Marco Polo (Siglo
XIII) – anoto esto para los que creen
ser modernos por pedir steak tartar en cualquier tasca que sale en el blog de
un nuevo foodie –. Siguiendo con las aportaciones, de la Europa del Este, el Goulash, aunque su
origen es húngaro. La ensaladilla
Olivie (como la nuestra rusa), la sopa Borsch, el kéfir de yogur, los blinis,
el estofado de carne Stroganoff, el Caviar y el vodka de Rusia. Las cervezas checas.
Los arenques de Polonia. De Turquía, la berenjena, los estofados,
la carne en kebab, el té y la Baklava. Las cervezas, las salchichas y el
codillo alemán. De la gastronomía italiana medio mundo ha absorbido. La
pasta, los rissottos, la pizza, la mozzarela, la albahaca, el Carpaccio, la
Bresaola, el tiramisú, los helados, el Gorgonzola, la Caponata Siciliana, la
ensalada Caprese, la Panna Cotta, y puedo seguir diciendo. Los hojaldres y
quesos holandeses y belgas. De Francia, los macarons, el croissant,
los crepes, la magdalena, los quesos, el quiche Lorraine, la mantequilla, la
creme Fraîche, el foie y la mostaza. De Grecia,
las aceitunas Kalamata, la musaka y el queso feta. Y para terminar, de nuestro
vecino Portugal, el vino Oporto, los
pasteles de Belem y el bacalao dorado. Y de la gastronomía árabe, una mezcla entre la mediterránea y la India, el hummus, el
cuscús, la canela, las especias y el té moruno.
Europa hay mucha historia y arraigo
de costumbres de todas las partes del mundo, podemos diferenciar entre la cultura
culinaria centroeuropea y la mediterránea. Como anécdota os cuento que el “steak
tartar” llamado filete tártaro tiene sus primeras reminiscencias a Occidente en
el Libro
de Viajes de Marco Polo (Siglo
XIII) – anoto esto para los que creen
ser modernos por pedir steak tartar en cualquier tasca que sale en el blog de
un nuevo foodie –. Siguiendo con las aportaciones, de la Europa del Este, el Goulash, aunque su
origen es húngaro. La ensaladilla
Olivie (como la nuestra rusa), la sopa Borsch, el kéfir de yogur, los blinis,
el estofado de carne Stroganoff, el Caviar y el vodka de Rusia. Las cervezas checas.
Los arenques de Polonia. De Turquía, la berenjena, los estofados,
la carne en kebab, el té y la Baklava. Las cervezas, las salchichas y el
codillo alemán. De la gastronomía italiana medio mundo ha absorbido. La
pasta, los rissottos, la pizza, la mozzarela, la albahaca, el Carpaccio, la
Bresaola, el tiramisú, los helados, el Gorgonzola, la Caponata Siciliana, la
ensalada Caprese, la Panna Cotta, y puedo seguir diciendo. Los hojaldres y
quesos holandeses y belgas. De Francia, los macarons, el croissant,
los crepes, la magdalena, los quesos, el quiche Lorraine, la mantequilla, la
creme Fraîche, el foie y la mostaza. De Grecia,
las aceitunas Kalamata, la musaka y el queso feta. Y para terminar, de nuestro
vecino Portugal, el vino Oporto, los
pasteles de Belem y el bacalao dorado. Y de la gastronomía árabe, una mezcla entre la mediterránea y la India, el hummus, el
cuscús, la canela, las especias y el té moruno.
¡Qué
de sabores, platos, sensaciones, culturas, recetas, historias, sonrisas y tripitas
envuelven a la Gastronomía mundial!. Todo este recorrido me hace ser más
consciente de que la cultura culinaria mundial la tenemos a veinte minutos de
casa, a dos pasos de la despensa y hasta en nuestro recetario habitual. Aunque siempre os quedará la opción de
quedaros con el Txangurro a la Donostiarra
si el Chilli Crab defrauda.
de sabores, platos, sensaciones, culturas, recetas, historias, sonrisas y tripitas
envuelven a la Gastronomía mundial!. Todo este recorrido me hace ser más
consciente de que la cultura culinaria mundial la tenemos a veinte minutos de
casa, a dos pasos de la despensa y hasta en nuestro recetario habitual. Aunque siempre os quedará la opción de
quedaros con el Txangurro a la Donostiarra
si el Chilli Crab defrauda.
Para
que esto no pase, os recomiendo que probéis el Chilli Crab en StreetXo, degustar el cangrejo y mojar los deliciosos panes chinos al vapor en la salsa. Una sinfonía aromática, fragante y sabrosa. Aquí nunca defrauda. Ni ese plato,
ni ninguno de los que pidas. Todo es puro Rock´n Roll!
que esto no pase, os recomiendo que probéis el Chilli Crab en StreetXo, degustar el cangrejo y mojar los deliciosos panes chinos al vapor en la salsa. Una sinfonía aromática, fragante y sabrosa. Aquí nunca defrauda. Ni ese plato,
ni ninguno de los que pidas. Todo es puro Rock´n Roll!
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| Gourmet Experience – Callao |


[…] Un detallado recorrido de platos y sabores en UN PASEO GASTRONÓMICO POR EL MUNDO […]